Debut que complica: Godoy Cruz perdió ante Colo Colo

En su momento más crítico, el Tomba sufrió una derrota: perdió 0-1 en su propia cancha. El próximo jueves se define su pase de ronda en la Libertadores.

El equipo que venía en un gran momento, el que mejor rendimiento mostró en la Copa de la Liga, el que ganó cinco partidos y empató uno, el que convirtió ocho goles y mantuvo su valla invicta, es curiosamente el que tropezó en su debut en la fase dos de la Copa Libertadores. En su propio terreno, con cerca de 25.000 hinchas alentándolo -además de los seguidores rivales en la tribuna opuesta-, cayó por 1-0 y complicó sus aspiraciones de avanzar a la siguiente etapa. Hablamos de Godoy Cruz, que recibió a Colo Colo con la expectativa por las nubes y se llevó un golpe duro que deberá asimilar rápidamente. ¿Fue justa la derrota? ¿O el triunfo chileno fue demasiado premio? No hay margen para lamentos ni interrogantes: la suerte del equipo en el torneo continental, al que no accedía desde hace cinco años, se decidirá la semana que viene.

Está claro que, a pesar de los más de 350 km entre Macul y Mendoza, muchos hinchas chilenos se acercaron al Malvinas Argentinas para alentar a su equipo, pero nadie esperaba que Colo Colo se sintiera tan cómodo como en casa. Mucho menos cuando Godoy Cruz venía en un gran momento. Desde el inicio del partido, esa fue la sensación: los dirigidos por Almirón se ubicaron en territorio rival, desconcertando al equipo local e incluso anotando un gol a los cinco minutos, que finalmente fue anulado por un fuera de juego muy ajustado de Zavala. Fue una advertencia. Un golpe rápido que, al final, sirvió para despertar a Godoy Cruz, recordarle la importancia del partido y cambiar el rumbo del encuentro.

El planteo de todo el equipo, presionando en cada sector del campo y sofocando la salida del rival -como ante Racing, con tres futbolistas cerca de la línea defensiva para cortar la circulación-, fue una de las claves para que Godoy Cruz lograra imponer su juego. ¿La otra clave? La magia de Hernán López Muñoz, quien regresó después de una lesión que lo mantuvo fuera durante 17 días: deshaciéndose de rivales, dejando a sus compañeros en posición con toques precisos y finalizando jugadas, el sobrino nieto de Maradona impulsó a un equipo que no lo extrañó en cuanto a resultados, pero sí en cuanto a las oportunidades que puede generar.

La tarea principal del Tomba era neutralizar a Colo Colo, pero para lograrlo primero tenía que anular a uno de los cerebros más talentosos del fútbol sudamericano: Arturo Vidal, quien disputaba su tercer partido con la camiseta albinegra -había jugado 180 minutos-, un jugador conocido por su habilidad para hacer jugar a sus compañeros y que, obligado por las circunstancias, tuvo que meterse en la pelea. El plan de Oldrá, a pesar de la falta de goles -no hubo debido a la falta de puntería de Badaloni y compañía-, se estaba ejecutando perfectamente. Si no fuera por algún descuido, como el que tuvo la defensa local que no terminó en el 0-1 gracias a la buena intervención de Petroli y la débil definición de Palacios -quien está siendo buscado por Boca en este mercado de pases-, parecía improbable que la situación cambiara. Sin embargo, volvió a ocurrir un descuido…

Cuando el equipo chileno había salido decidido a defenderse y buscar contragolpes en el segundo tiempo, se encontró con una oportunidad inmejorable desde un lateral: Opazo realizó un sombrero y un centro, Bolados cabeceó en el área chica y puso en ventaja a Colo Colo, que veía con buenos ojos llevarse un 0-0 al partido de vuelta en Chile y se encontró con un premio inesperado. Godoy Cruz, abajo en el marcador por primera vez en todo el año, se desestabilizó. Esto llevó al 0-2 en algunos momentos, dejando espacios, cometiendo faltas y recibiendo tarjetas amarillas. El Tomba tendrá que aprender de esta experiencia, enfrentarse a Instituto y rápidamente volver a concentrarse en la Copa, porque el próximo jueves será el partido de vuelta y no puede permitirse otro tropiezo.