Al comenzar el año 1993, la Asociación del Fútbol Argentino llevó adelante una serie de actos para celebrar el primer centenario de su historia. Además de las actividades protocolares, por supuesto que hubo un partido y el rival elegido fue Brasil, para enfrentarlo en cancha de River el 18 de febrero.
El clima de fiesta se vivió desde un par de días antes, no tanto por la habitual rivalidad, sino por un hecho que se robaba toda la atención: el regreso de Maradona a la selección nacional. Su última participación había sido en la final contra Alemania en Italia ‘90 y mucha agua había corrido bajo los puentes de su vida, como la sanción de un año y medio por el doping positivo en el Calcio y su posterior regreso en el Sevilla, con Carlos Bilardo como entrenador.
El club español estuvo en desacuerdo con su viaje, pero poco le importó a Diego, que salió encabezando el equipo con la cinta de capitán, regaló destellos de su talento y fue una de las figuras del empate 1-1.